José Ramón Luna Cer­dán

Escri­bo este artícu­lo en un momen­to mar­ca­do por el falle­ci­mien­to del que se cata­lo­ga como “mayor y mejor ban­que­ro de Espa­ña”, D. Emi­lio Botín. Con su falle­ci­mien­to se abre un deba­te en torno al futu­ro del Ban­co San­tan­der. ¿Cómo será?, ¿segui­rá por la mis­ma sen­da de cre­ci­mien­to?, ¿qué pasa­rá aho­ra que no está su máxi­mo líder?.

Todas estas pre­gun­tas me lle­van a refle­xio­nar sobre una cues­tión de máxi­ma impor­tan­cia en la vida de cual­quier empre­sa u orga­ni­za­ción: cum­plir con el obje­ti­vo de la con­ti­nui­dad a lar­go pla­zo. Bajo mi pun­to de vis­ta, el Ban­co San­tan­der segui­rá su sen­da, agra­de­cien­do a D. Emi­lio su dedi­ca­ción y esfuer­zo pero inde­pen­dien­te­men­te de su pre­sen­cia. Y así debe ser por­que, ¿qué pasa­ría si el futu­ro de miles de tra­ba­ja­do­res y millo­nes de clien­tes depen­die­ran úni­ca­men­te de una per­so­na?.  Esto no sería, sin duda, un sóli­do plan­tea­mien­to empre­sa­rial.

El San­tan­der es una empre­sa fami­liar, como la mayo­ría de las empre­sas que con­for­man el teji­do empre­sa­rial de todos los sec­to­res en nues­tro país. Sin duda, el peso de fun­da­do­res y pre­si­den­tes es muy gran­de en este tipo de empre­sas. Tam­bién en las menos per­so­na­lis­tas. Sin embar­go, para garan­ti­zar la con­ti­nui­dad de un nego­cio, es nece­sa­rio que la orga­ni­za­ción, con su pre­si­den­te a la cabe­za, pre­pa­re el camino duran­te las eta­pas de esta­bi­li­dad. Esto impli­ca tres áreas de inter­ven­ción “obli­ga­to­ria”.

Atraer e inte­grar a un buen equi­po de pro­fe­sio­na­les en todas las áreas de la orga­ni­za­ción. Espe­cial­men­te los res­pon­sa­bles de guiar a los dife­ren­tes depar­ta­men­tos han de ser cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­dos. Estas per­so­nas son las que garan­ti­zan la con­ti­nui­dad del nego­cio en caso de que se vayan pro­du­cien­do sali­das de per­so­nas, no solo por posi­bles falle­ci­mien­tos sino sim­ple­men­te como con­se­cuen­cia de movi­mien­tos de mer­ca­do.

Con­tar con las per­so­nas ade­cua­das en la orga­ni­za­ción impli­ca defi­nir muy bien los per­fi­les nece­sa­rios en cada momen­to, esta­ble­cer los meca­nis­mos de iden­ti­fi­ca­ción de per­so­nas con estos per­fi­les y desa­rro­llar rigu­ro­sos pro­ce­sos de selec­ción basa­dos en pará­me­tros obje­ti­vos.

Con­tri­buir al desa­rro­llo de las per­so­nas des­de el momen­to de su entra­da en la empre­sa. No bas­ta con inte­grar a los mejo­res. Es nece­sa­rio hacer cada día un equi­po mejor. El equi­po que garan­ti­za­rá la con­ti­nui­dad. Y un equi­po mejor se con­si­gue cuan­do se tra­ba­ja en el “sabes, pue­des y quie­res” de cada per­so­na. Los empre­sa­rios y pre­si­den­tes visio­na­rios saben que la for­ma­ción y el entre­na­mien­to con­ti­nuo son las cla­ves para con­tar cada día con un equi­po más sol­ven­te e invier­ten en ello.

Dotar de la auto­no­mía nece­sa­ria para que las per­so­nas des­plie­guen su poten­cial. Esto es lo que se cono­ce en los nue­vos libros de mana­ge­ment como “empo­wer­ment”. Per­so­nas con poten­cial, bien for­ma­das y entre­na­das pero sin auto­no­mía no apor­tan los máxi­mos resul­ta­dos. No garan­ti­zan que, si algún día fal­ta la cabe­za, el bar­co pue­da lle­gar a buen puer­to. Dotar de auto­no­mía a las per­so­nas exi­ge, en la mayor par­te de los casos, un con­si­de­ra­ble esfuer­zo para el líder máxi­mo de la orga­ni­za­ción, pues­to que tie­ne que apren­der a “ceder par­te de su poder abso­lu­to” para otor­gár­se­lo a la orga­ni­za­ción en su con­jun­to. Al fin y al cabo, la empre­sa es un sis­te­ma y como tal ha de tener vida y per­so­na­li­dad pro­pia.

El Ban­co San­tan­der con­ti­nua­rá a pesar de la ausen­cia del, has­ta aho­ra, su máxi­mo líder. Tie­ne un equi­po de ges­to­res alta­men­te cua­li­fi­ca­do y con poten­cial, ha tra­ba­ja­do en su for­ma­ción y entre­na­mien­to y tie­nen capa­ci­dad y auto­ri­dad defi­ni­da para ges­tio­nar. La empre­sa, por tan­to, pue­de con­ti­nuar.

Apli­car este ejem­plo a cada una de nues­tras orga­ni­za­cio­nes es, posi­ble­men­te, el plan más estra­té­gi­co que pode­mos abor­dar. Áni­mo y a por ello.

Des­can­se en Paz Emi­lio Botín.

José Ramón Luna Cer­dán
Socio Direc­tor
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jrluna@desafiocoaching.com
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