Por Andrés Von der Wal­de

Deter­mi­na­da a ganar el jue­go de aje­drez, Ali­cia corre a toda velo­ci­dad para avan­zar. Sin embar­go, ella no pare­ce mover­se en abso­lu­to. Miran­do des­de lejos, la Rei­na Roja le dice a Ali­cia: “¡Qué paso tan len­to! Aquí, para per­ma­ne­cer en el mis­mo lugar, debes correr más rápi­do”. Esta expe­rien­cia de eje­cu­ción en el lugar como lo des­cri­be Lewis Carrol en “Ali­cia a tra­vés del espe­jo”, no es infre­cuen­te, actual­men­te, para muchos líde­res de mar­ke­ting y ven­tas B2B de gran­des mul­ti­na­cio­na­les.

El mun­do empre­sa­rial se está en un cam­bio con­ti­nuo y a rit­mo muy ace­le­ra­do. Aun­que los líde­res cons­tan­te­men­te imple­men­tan nue­vas estra­te­gias de ven­tas y, como Ali­cia, apli­can el máxi­mo esfuer­zo para ganar, su capa­ci­dad para gene­rar más ingre­sos es cada vez más limi­ta­da. Sus resul­ta­dos no des­pe­gan. Pare­ce que están corrien­do en su lugar … Hay múl­ti­ples razo­nes que lo expli­can.

Duran­te la rece­sión, los clien­tes intro­du­je­ron meca­nis­mos impor­tan­tes para racio­na­li­zar el gas­to, que aho­ra for­man par­te de los pro­ce­sos de ven­tas están­dar. Los ciclos de ven­tas tam­bién son más lar­gos y com­ple­jos, y un mayor núme­ro de per­so­nas están invo­lu­cra­das en el pro­ce­so de com­pra. Los nue­vos com­pe­ti­do­res han entra­do en el mer­ca­do y los clien­tes son menos lea­les a sus pro­vee­do­res de refe­ren­cia.

En un mun­do digi­tal, los com­pra­do­res tie­nen más infor­ma­ción que nun­ca, lo que sig­ni­fi­ca una mayor com­ple­ji­dad, mien­tras que las prio­ri­da­des cor­po­ra­ti­vas cam­bian cons­tan­te­men­te. En gene­ral, exis­te la per­cep­ción de que las ofer­tas están sien­do mer­can­ti­li­za­das. Todos estos fac­to­res lle­van a lo que lla­ma­mos “la para­do­ja de la com­pra”: don­de las deci­sio­nes de com­pra ocu­rren más len­ta­men­te a pesar del deseo de agi­li­dad. Ante este esce­na­rio, los intere­sa­dos bus­can nue­vas pers­pec­ti­vas. Cla­ra­men­te, el esfuer­zo no es el pro­ble­ma. Se tra­ta de tra­ba­jar de una mane­ra dife­ren­te.

Las com­pa­ñías que se des­ta­can han ido más allá de iden­ti­fi­car pro­ble­mas y pro­po­ner “solu­cio­nes”. En cam­bio, las com­pa­ñías líde­res se enfo­can en com­pren­der los resul­ta­dos de nego­cios que sus clien­tes desean lograr y lue­go actúan como socios para ace­le­rar los resul­ta­dos.

Las empre­sas que reúnen las mejo­res estra­te­gias de ven­tas a menu­do fallan en el momen­to de la eje­cu­ción por­que sus equi­pos care­cen de las habi­li­da­des ade­cua­das para eje­cu­tar. Los años de inves­ti­ga­ción y expe­rien­cia han brin­da­do una sóli­da pers­pec­ti­va de cómo se ve una gran ven­ta en este nue­vo entorno de mer­ca­do: los ven­de­do­res de ace­le­ra­do­res. Este per­fil de ven­de­dor son per­so­nas que invo­lu­cran a los clien­tes y prio­ri­zan las acti­vi­da­des de ven­tas al apro­ve­char un pro­fun­do domi­nio de las diná­mi­cas empre­sa­ria­les y de per­so­nas.

Estos ven­de­do­res hacen valor per­so­nal. Mues­tran capa­ci­da­des tales como: Ali­nea­ción de gru­pos de inte­rés; Ayu­dar a los clien­tes a ges­tio­nar la com­ple­ji­dad y cam­biar las prio­ri­da­des; Ins­pi­ra­ción segu­ra y más rápi­da en la toma de deci­sio­nes del clien­te; Impul­sar los resul­ta­dos de los clien­tes.

En defi­ni­ti­va, el “cómo” es crí­ti­co, ase­gú­re­se que una vez que haya defi­ni­do su estra­te­gia de ven­tas, sus equi­pos de ven­tas estén ali­nea­dos, pre­pa­ra­dos y equi­pa­dos con las capa­ci­da­des para eje­cu­tar la estra­te­gia. Al igual que como muchas cosas en la vida, su gen­te es la cla­ve del éxi­to.

Andrés Von der Wal­de
Res­pon­sa­ble de la Prác­ti­ca de Ven­tas de BTS