Espa­ña, mar­zo de 2023

Actual­men­te, solo seis de cada cien direc­to­res eje­cu­ti­vos o CEOs de empre­sas en Espa­ña son muje­res. Asi­mis­mo, la Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal del Tra­ba­jo, demos­tró que un 54% de las empre­sas que ha incor­po­ra­do muje­res en pues­tos de lide­raz­go y a car­go de equi­pos, tie­ne mejo­ras en mate­ria de crea­ti­vi­dad. En este sen­ti­do, a pesar de que exis­te una evo­lu­ción en los pues­tos direc­ti­vos ocu­pa­dos por muje­res, el famo­so “techo de cris­tal” es mucho más evi­den­te cuan­do se tra­ta de lle­gar a pues­tos de lide­raz­go.

Pues­tos en los que las habi­li­da­des de poder o “power skills” son esen­cia­les, como seña­la el infor­me “2023 Work­pla­ce Lear­ning Trends” ela­bo­ra­do por Udemy, la pla­ta­for­ma líder en ense­ñan­za y apren­di­za­je onli­ne. Entre ellas, las com­pe­ten­cias rela­cio­na­das con el lide­raz­go segui­rán sien­do fun­da­men­ta­les este año para pro­mo­ver una cul­tu­ra labo­ral más salu­da­ble y el “enga­ge­ment” de los emplea­dos, como han demos­tra­do fenó­me­nos como la gran renun­cia y el “quiet quit­ting”.

Sin embar­go, las muje­res en posi­cio­nes de lide­raz­go se enfren­tan a estos pues­tos con retos aña­di­dos, como los ses­gos incons­cien­tes de géne­ro y, en oca­sio­nes, una mayor pre­dis­po­si­ción a pade­cer otros efec­tos cola­te­ra­les como el cono­ci­do sín­dro­me del impos­tor, que se tra­ta de un tras­torno que les hace sen­tir que no mere­cen aque­llos éxi­tos que con­si­guen, atri­bu­yén­do­le como cau­sa la casua­li­dad y no el méri­to. De hecho, según estu­dios glo­ba­les, el 75% de las muje­res eje­cu­ti­vas con­fie­sa haber expe­ri­men­ta­do este sín­dro­me en algún momen­to de su carre­ra.

Tenien­do en cuen­ta estos retos aña­di­dos, con moti­vo del Día Inter­na­cio­nal de la Mujer, Ceci­lia Man­si­lla, ins­truc­to­ra de Udemy y exper­ta en lide­raz­go y desa­rro­llo per­so­nal, com­par­te las cin­co habi­li­da­des de poder úti­les para las muje­res en posi­cio­nes de lide­raz­go:

1. Inno­va­ción, crea­ti­vi­dad y comu­ni­ca­ción. Los pro­ble­mas que enfren­tan actual­men­te las empre­sas son cada vez más com­ple­jos, por lo que inno­var es cla­ve para encon­trar nue­vos cami­nos y pro­ce­sos que ayu­den a resol­ver­los. Asi­mis­mo, cuan­do el lugar de tra­ba­jo es diver­so e inclu­si­vo, se des­ata una explo­sión de nue­vas ideas que ayu­dan a pro­mo­ver el cre­ci­mien­to de la orga­ni­za­ción. Ade­más, la for­ma en la que comu­ni­ca­mos nues­tras ideas tam­bién será deci­si­va para que sean toma­das en cuen­ta, por lo que este tipo de habi­li­da­des de poder de comu­ni­ca­ción serán cla­ves en cual­quier entorno labo­ral.

2. Resi­lien­cia. La resi­lien­cia será cla­ve para ayu­dar a supe­rar difi­cul­ta­des y adap­tar­se a situa­cio­nes adver­sas con resul­ta­dos posi­ti­vos. En este sen­ti­do, es cla­ve aca­bar con los ses­gos incons­cien­tes en el entorno labo­ral, es decir, aque­llas creen­cias incons­cien­tes sobre hom­bres y muje­res, basa­das en este­reo­ti­pos socio­cul­tu­ra­les. Algu­nos de los prin­ci­pa­les con­se­jos para prac­ti­car la resi­lien­cia en el entorno labo­ral son:

  • Defi­nir un pro­pó­si­to labo­ral y conec­tar­lo con nues­tro pro­pó­si­to per­so­nal. Refle­xio­nar el por qué y el para qué de nues­tro tra­ba­jo, y recor­dar­lo cada vez que encon­tre­mos retos en el camino.
  • Recor­dar los logros. Nun­ca olvi­dar los retos con­se­gui­dos y cómo hemos supe­ra­do las difi­cul­ta­des.
  • Tomar los desa­fíos como opor­tu­ni­da­des de apren­di­za­je y no como obs­tácu­los.
  • Ana­li­zar los desa­fíos y crear estra­te­gias para solu­cio­nar­los en el futu­ro.
  • Inter­cam­biar ideas para encon­trar nue­vas for­mas de enfren­tar diver­sos retos. Del mis­mo modo, será fun­da­men­tal pedir ayu­da cuan­do sea nece­sa­rio.

3. Nego­cia­ción. Es una habi­li­dad cla­ve para cual­quier líder en el entorno labo­ral. Reco­no­cer las pro­pias capa­ci­da­des y apren­der a comu­ni­car los logros de for­ma efec­ti­va será esen­cial ade­más para ganar con­fian­za y dotar­se de efi­ca­ces herra­mien­tas de nego­cia­ción. A con­ti­nua­ción, las cla­ves para con­se­guir habi­li­da­des de nego­cia­ción efec­ti­vas:

  • Inves­ti­gar. Antes de ini­ciar una nego­cia­ción, será fun­da­men­tal cono­cer las nece­si­da­des de la con­tra­par­te y obje­ti­vos y tener cla­ros los pro­pios para poder iden­ti­fi­car pun­tos de acuer­do.
  • Apren­der a plan­tear una ofer­ta para con­se­guir un acuer­do bene­fi­cio­so para ambas par­tes.
  • Supe­rar el pri­mer “no”, el mie­do al pri­mer recha­zo y per­sis­tir has­ta obte­ner el “sí” a la ofer­ta o acuer­do.
  • Prac­ti­car la empa­tía en el pro­ce­so. Las dos par­tes tie­nen que apren­der a ceder y comu­ni­car­se de for­ma aser­ti­va.

4. Influen­cia y caris­ma. Son apti­tu­des cla­ve para desa­rro­llar una carre­ra pro­fe­sio­nal en una posi­ción de lide­raz­go. Para ello es fun­da­men­tal apren­der a nave­gar por las reglas no escri­tas del entorno de tra­ba­jo. A con­ti­nua­ción, algu­nas de las prin­ci­pa­les cla­ves para con­se­guir estas apti­tu­des:

  • Desa­rro­llar tu pre­sen­cia eje­cu­ti­va. Cómo nos pre­sen­ta­mos, cómo nos comu­ni­ca­mos y cómo nos rela­cio­na­mos con otros emplea­dos y eje­cu­ti­vos es pri­mor­dial para desa­rro­llar nues­tra pre­sen­cia como líder en la orga­ni­za­ción.
  • Crear un plan para lograr avan­zar en tu carre­ra pro­fe­sio­nal de mane­ra con­sis­ten­te.
  • Fomen­tar la cul­tu­ra del “feed­back” de mane­ra cons­tan­te y uti­li­zar­lo para imple­men­tar mejo­ras.
  • Desa­rro­llar una mar­ca pro­fe­sio­nal con el obje­ti­vo de dife­ren­ciar­se y con­se­guir una mayor pro­yec­ción pro­fe­sio­nal.

5. Explo­tar el valor del “net­wor­king”. Rela­cio­nar­nos con otras per­so­nas es par­te de nues­tro tra­ba­jo. La cons­truc­ción de rela­cio­nes fuer­tes bene­fi­cia­rá la reso­lu­ción de pro­ble­mas con­jun­ta­men­te, ya que se podrán tomar deci­sio­nes ági­les de mane­ra con­sen­sua­da. Ade­más, solo median­te la cons­truc­ción de las mis­mas, las per­so­nas cono­ce­rán quié­nes somos y qué papel tene­mos den­tro de la com­pa­ñía.